jueves, 29 de enero de 2009

Espíritu ausente

Cayó el sol. Marianito esta con la novia. No quiero ver a nadie, no puedo llorar si estoy con alguien.
Cierro la puerta tras de mí; veo la casa sola. Vacía. Nadie me pregunta de donde vengo. Nadie me pregunta que hice hoy. Intento buscarla en algún recoveco, sentirla, abrazarla. Pero no está.
Entro a su habitación. Mamá tenía una biblioteca por la cual yo nunca tuve algun interés. Abro un libro de Borges. Esta lleno de anotaciones al margen, frases marcadas, reflexiones. Hasta hay trozos de papel con notas y mi nombre escrito muchas veces. Sigo buscando y encuentro viejas cartas a familiares, papeles viejos. Detrás de mí esta todavía el perchero con sus abrigos.
Haber vivido estos meses con mi mamá en el hospital y tratando de encargarme de todo fue duro. El trabajo, la facu, no podía parar, no debía. Por lo menos Marianito la acompañaba cuando se podía.
Durante este tiempo me entere de muchas cosas de mi madre y de nuestro pasado. Qué secuelas habían quedado en su cuerpo después de aquel primer cáncer que tuvo cuando estaba embarazada de mí. Ella lo sabía, pero nunca nos lo quiso decir. En realidad no contaba mucho sobre su salud. Su prioridad era, creo, vernos sin preocupaciones.
26 años. Es lo que vivió después de aquella vez. Veinte le habían dicho los doctores. Pero vivió hasta que yo cumplí 26.
Se fue preparando, nos fue preparando. Nos dejo listos. Para seguir viviendo sin ella. Pequeñas anotaciones en los rincones de la casa. “Hay que regar las plantas 2 veces por semana” cuelga en la cocina. Me decía siempre: “Tenés que hacer lo que te gusta, esa es la única clave”, pues ella sabía que la vida era corta.
Cómo quisiera haber pasado más tiempo con ella. Haber charlado más. Escucharla cuando se sentaba al lado mío mientras yo pintaba. Ella era mi catarsis cuando lo necesitaba. ¿Y ahora a quién le voy a contar que perdí a mi mejor amiga?
Ella no podía responder la última vez que la ví. Pero se que me escuchaba. "Te quiero mucho. Sos la mejor mamá del mundo". De alguna manera me sonreía.
Se que esta en paz. Esta tranquila en algún lugar. Porque hizo todo lo que tenía que hacer, esa misión que tenía en el mundo, la concluyó.
Soy solo yo la que sufro. La extraño. Mamá tenía que irse. Pero me dejó tanto; me hizo fuerte. Y lo se recién ahora.

Hay muchas formas de corazones rotos. Hay algunas que perturban la mente y el alma, y hay otras en que la pérdida si bien provoca una profunda tristeza, uno esta tranquilo porque en algun lugar del éter esta esa persona que lo acompaño y te enseñó toda la vida de algun modo te cuida mientras descansa. Creo que a diferencia del primer caso en el que el tiempo termina curando, uno siempre va a extrañar a la persona que dio toda su vida por uno.

martes, 27 de enero de 2009

Por la mañana

No quiero admitir que te extraño. No quiero admitir que todavía estas ahí. Se que en tu corazón hay otra persona, pero mientras tanto yo intento sacarte con uñas y dientes del mío sin resultados aparentes aún.

No me gusta decir que hiciste conmigo lo que quisiste. Porque lo hiciste pero yo estaba en el partido también.

Volvimos porque queríamos estar juntos. Pero yo siempre supe que sería no abandonada, sino reemplazada.

Las vueltas de la vida que hacen que 2 personas tan diferentes estén juntas. Fue un largo proceso en el que aprendí mucho, pero en momentos me duele que haya sido de vos. Ojalá me las hubiese mostrado alguien más.

Estuve tratando estos días sacarte de mi ser, pero se me turba la mente. Intento desde todos los flancos. Sé que en algún momento se va a resolver. Al fin te voy a liberar de la carcel oscura de mi interior. Pero son estas las instancias en que salen los demonios, no paran, todos los días, día y noche, sola, con gente. No puedo parar.

Quisiera poder parar de pensar. Trato de dejar mi mente en blanco pero hay como un sello de agua con tu rostro. Todo se tiñe de vos, todo se relaciona con vos. Vas a estar ahí un rato largo.

Hace unos días estaba llena de odio. Odio porque te extraño y no quiero hacerlo. Odio porque me rompiste el corazón y la confianza. Odio porque me di cuenta de lo falso que había en mucho de lo que vivimos. Pero el odio y la ira oscurecen la conciencia haciendo que una se llene de sentimientos negativos que terminan consumiendote. Como un virus. Decidí solo estar triste. Muy triste.

No podría verte. Sí hablarte. Me quebraría en miles de pedazos. Intentaría sacar palabras de mi boca entre medio de llanto, ira y desesperación.

Pero nada tiene sentido. ¿Para qué? ¿Qué se gana? A veces pienso que en algun momento de mi vida te voy a cruzar de nuevo. No se cual va a ser mi reacción; tal vez en un mes, tal vez en un año, tal vez en una vida.

La vida es así, hay que resignarse a las malas cosas. Es una pena que esas malas cosas siempre sean un lado de las cosas hermosas.

Quiero reconstruirla. Quiero hacer algo. Quiero alguien que me quiera de verdad. Porque sola no puedo, aunque lo creía.

Me duele el pecho y me turbo. Tu universo se cierra de a poco. Y yo trato de aferrarme a algunas cosas de él pero cuando recuerdo tu situación la impotencia me desgarra el alma.

Hablar en serio



"Estuve con otra chica"


Y se me derrumbó el mundo.

lunes, 26 de enero de 2009

Dormir sola

Con PP no nos veiamos muy seguido. Pero como mínimo una vez por semana. Y así estabamos bien, mejor dicho, el estaba bien, porque nunca quiso que pasaramos mas tiempo juntos. Lo cual me pareció válido en un principio cuando la facultad era para mí un tema complicado.

La cuestión es que estaba dicho que una vez a la semana nos ibamos a ver y dormir juntos.

Yo sabía que el fin de semana lo iba a ver. A veces hasta contaba los días.

Creo que esa sensación tambien ayudaba a que pudiera dormir sola.

Y despertarme con el era tan todo.

Me gustaba verlo dormir y acariciarlo para que se despertara, desayunar juntos.

Pero en la vida hay que resignarse. Y hay que ser mas fuertes por la mañana.

Aclaración

Volví con PP un par de meses despues de haber dejado de vernos. La relación se terminó de vuelta hace una semana.

Línea 152

Divido el camino en varias secciones para que el viaje se me haga mas corto. Desde Alem a Vicente Lopez. Callao, Pueyrredon, Plaza Italia, Carranza, Lacroze, Juramento, Puente Saavedra.

Pero no quiero llegar. Hubiese dado tantas cosas para que ese llamado nunca existiera.
Se en que termina. Todos sabemos. Sabemos para qué estoy yendo.

El fin. De nuevo.

Y esta vez de verdad.