sábado, 2 de noviembre de 2013

Corazones karmáticos

La sensación inversa, en la cual una rompe un corazón, si bien es menos dolorosa, es igual de miserable para el espíritu.

Ayer vi los efectos que provoque al romper uno.

Lo vi tan frágil. Todo. Pequeño. Ese varón que me abrazaba todas las noches bajo sus brazos había casi desaparecido. Era un espectro, un recuerdo. 

Pero su alma. Herida. Aún añorando un amor que, el sabía, se había extinguido hace años. 

Protegerlo. Envolverlo. Refugiarlo. Abrazarlo.

Promesas de amor eterno dificiles de creer.

Cuerpos en sincronía. Corazones en diacronía.

Cuán dificil es tomar duras decisiones sin que afecten tanto. 

Y vivir en la oscuridad de la ignorancia, del no querer ver. Pero cuando la luz se posa, revela un matiz infinitio de dolor que una nunca cree poder provocar. Y sucede. 

El karma vuelve. Se rompe el propio corazón. 


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