Yo ya estaba fuera del tema con la mente en blanco. Solo los veía debatir enérgicamente.
La vi a ella.
Y lo vi a él. Lo miré, inmerso en la situación.
Desde afuera. Como algo lejano. Que aún no era parte de mí.
Como un hombre y no como un amante.
“Qué persona hermosa”, pensé.
“Hermoso y mío”
“Hermoso y mío”
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